Institucional

La Mag. Verónica Perosi, consultora en el área de tecnología educativa, se reunió con docentes de Inicial, Primaria y Secundaria en el marco de la puesta a punto que el Instituto Crandon lleva adelante en los estudios informáticos y ciencias de la computación. A principios de mes, la profesora argentina mantuvo encuentros con los equipos de Dirección y con los docentes de Informática para delinear la readecuación curricular. En esta segunda instancia, los actores fueron los maestros y profesores con el objetivo de «mirar la práctica docente en tiempo: cercana, hospitalaria y encarnada», según explicó la Mag. Perosi.

Los tres encuentros, en modalidad de taller, se realizaron el jueves 20 y el viernes 21 de febrero con los equipos docentes en consideración de la especificidad didáctica de cada segmento escolar. La tallerista ―que es maestra, licenciada en ciencias de la educación y magíster en didáctica con especialización en tecnología educativa― partió de algunas certezas que representan la educación hoy: escenarios culturales novedosos, consumos culturales diferentes y entornos híbridos.

«La tecnología permite crear conocimiento, sentido de ciudadanía digital, mentalidad global, capacidad de aprender de manera flexible, instinto de autoexploración, habilidad de aprendizaje colaborativo, multialfabetismo, artesanía digital. Esto no es un tema de informática solamente, sino un tema de clase», agregó la docente. Son problemas a resolver desde el aula y en toda la Institución porque los proyectos escolares actuales, desde Inicial a Secundaria, deben basarse en la movilidad, la flexibilización curricular, la personalización y en los laboratorios como espacios de construcción y diseño.

La consigna planteada por la Mag. Perosi fue ampliar el abanico de experiencias poderosas desde el aula y considerar este lugar como un espacio de libertad, creación e imaginación. Se trata de diseñar experiencias que sinteticen la movilidad, la flexibilización y la personalización y que representen la diversidad didáctica de los docentes y los intereses de los estudiantes. «Pero ―recalcó la Mag. Perosi― el problema radica en lo didáctico, la tecnología es un detalle más. En Crandon, las condiciones ya están creadas: hay apoyo institucional e interés de la Dirección; hay recursos específicos; hay disponibilidad colaborativa. Por ello, aquí la tecnología ya está integrada, hay más docentes trabajando en la metodología ABP [Aprendizaje basado en proyectos] y eso favorece la sinergia. La invitación, ahora, es trabajar con un diálogo de voces, experiencias y perspectivas, y recrear la práctica docente en tiempo contemporáneo».

A partir de esa convocatoria, los docentes esbozaron nuevos escenarios pedagógicos con la inclusión de tecnología educativa. Las propuestas procurarán flexibilizar los tiempos y los espacios; poner el cuerpo en movimiento (para contrarrestar el tiempo en el banco con espacios con otros elementos) y desarrollar nuevas estrategias de evaluación. Con estos proyectos, la Profa. Ana María Méndez ―recientemente nombrada tecnóloga educativa de la Institución― se enfocará en establecer alianzas con las universidades (la pública y las privadas) y en cultivar la cultura maker impulsando el aprendizaje activo y práctico, fomentando el emprendedurismo y la artesanía digital y documentando las experiencias. Además, desarrollará aplicaciones y modificará la distribución de los espacios físicos de Crandon para facilitar la colaboración y que permitan que niños, adolescentes y adultos puedan trabajar, pensar y crear de acuerdo a sus diferentes modalidades de aprendizaje.

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